martes, 10 de mayo de 2011

EL NOMBRE DE LA PLAZA


      En los comienzos del cambio político, fue muy frecuente el cambio de los nombres de las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades. Por eso, la plaza principal de nuestra villa (llamada anteriormente PLAZA DE CALVO SOTELO) se rebautizó como LA PLAZA DEL NEGRILLÓN. Con este motivo, yo publiqué un artículo en el Diario de León (22-03-1980) en la sección de REGIÓN; de él voy a entresacar algunos párrafos.

     "No ha muchas fechas, cundía entre el vecindario de Boñar la noticia del cambio de nombres para ciertas calles de la villa. Ante tan conflictivo tema, surgían las más diversas y enfrentadas opiniones: que si los de la izquierda; que hay problemas más urgentes; que no hay más que afán de protagonismo; que si es que los miembros de la Corporación olvidan sus promesas de solvencia democrática, y no consultan a sus representados..., etc. Y es lógico, puesto que cada uno defiende "SU" democracia doméstica inconscientemente, sin pararse a pensar en esa "NUESTRA" convivencia cotidiana y necesaria. Convivencia, sí, pero respetando la policromía regional (sin regionalismos de vía estrecha) y elaborando programas racionales y, mal que nos pese, continuadores de una tradición constructiva inevitable...
     Echando mano de nuestro rico repertorio folklorístico (tal vez un tanto abandonado), un elemento ciertamente representativo es EL NEGRILLÓN... (el maragato en la torre, y en la plaza el Negrillón). En verdad, nos debe enorgullecer esta reciente decisión municipal, según la cual nuestra plaza principal se llamará (la placa ya ha sido cambiada) PLAZA DEL NEGRILLÓN. Como debe ser, cada cosa en su sitio...
     ¿Por qué no reconocer que las cosas también tienen su historia? Tal es el caso de nuestro amigo fiel, ese árbol majestuoso y centenario, testigo de nuestras travesuras y peripecias más tiernas e inolvidables, en horas de atardecer. Hagamos justicia con los lugares y objetos, que nunca nos recriminan nada; más bien, nos recuerdan que la historia no se escribe siempre a título póstumo, sino que hay motivos que configuran constantemente esa nuestra "intrahistoria" unamuniana, siempre presente...
     Que no reivindiquemos tanto los intereses personales, cargados de recelos y luchas sin cuartel, y pensemos más en los lugares, objetos y circunstancias típicos (que no tópicos), lazos indestructibles en nuestra convivencia ciudadana."

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