domingo, 25 de diciembre de 2011

EL SABOR AGRIDULCE DE LA NAVIDAD

     Navidad suena a familia y a nacimientos (cada vez menos, porque la crisis también es demográfica). A alegría y a nostalgia, al mismo tiempo. A calor de brasero en la mesa-camilla, aunque no haya nieve (¡qué cambiados nos vienen los tiempos!). A aguinaldo y a golosinas. A recuerdos del pasado, remoto y cercano. Hasta aquí, el ayer.

 
Año de nieves, año de... (era el ayer)

     El hoy es sensiblemente más duro ("más jodido" -que diría el castizo-). Nos abruma la CRISIS con todas sus consecuencias: paro (o desempleo -que, para los efectos, es lo mismo-); carestía, hambre y necesidad; numerosas familias sin pan que llevarse a la boca..., pero también despilfarro e injusticia social (a pesar de las campañas "políticas"); enormes desequilibrios, que agrandan progresivamente el espacio entre ricos y pobres. En una palabra: INSOLIDARIDAD.

     Y algunos, todavía, siguen confiando en el paternalismo de un Estado LAICO (¿o ATEO?), en el que Dios no tiene cabida y estorba, en el que la Iglesia (su institución en la tierra) es poco menos que la "casa de los curas y monjas". Menos mal que, en nuestro tiempo, ya casi nadie aspira a vivir como un cura, o como un maestro, porque, entre otros males, padecemos una crisis profunda de AUTORIDAD. Todo el mundo tiene DERECHO A TODO (= plenitud de derechos y libertades). Se nos ha muerto el DEBER.


 

La iglesia de Boñar con iluminación navideña

     Sin embargo y a pesar de todo, LA VIDA SIGUE -solemos decir-. Estamos obligados a tirar del carro si no queremos que éste vaya por delante de los bueyes (= trabajo, esfuerzo, paciencia, dedicación... VALORES). Necesitamos una dosis enorme de OPTIMISMO, y ¿a quién se lo pedimos? A los Reyes, a Papá Noel, a Santa Claus... ¡Qué más da! Hay que seguir soñando. Yo se lo voy a pedir a Jesús-Niño, porque los niños siguen siendo puros, sinceros y humanos -además de inocentes-. Qué queréis que os diga.

     Para que resulte más agradable, se lo pediré cantando con José Luis Perales:
NAVIDAD, NAVIDAD EN LA NIEVE Y LA ARENA,
NAVIDAD, NAVIDAD EN LA TIERRA Y EL MAR...

 
¡PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD...!

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

D. Pedro Caballero, ¿me permite discrepar un poco a su argumentación?.

Dice Ud. "paternalismo de un Estado laico (o ateo?), en el que Dios no tiene cabida y estorba". Yo creo que no es paternalismo pedir que un Estado defienda unas medidad fiscales progresivas en las que pague más quien más tiene para igualar los orígenes sociales y las oportunidades (que todos tengamos derecho a una sanidad o educación públicas y otros derechos por los que tantos lucharon con su vida y su libertad; el Estado del Bienestar que ahora se tambalea).

¿No cree que lo realmente insolidario es defraudar a Hacienda o evadir impuestos con los que "arrimar el hombro" entre todos?. Quizás así no se necesitaría la caridad y la limosna que puede ofender a quién la recibe. Y sí, en esta grave crisis, es necesario ayudarnos unos a otros porque mientras cargos públicos acaparan 11 sueldos o alguno se lleva una pensión millonaria de una entidad que todos hemos ayudado a salvar, seguirá siendo necesaria la caridad, aunque a mì me gusta llamarla solidaridad que es menos humillante.

D. Pedro, no se preocupe que hay países en los que su Dios está en la Constitución. Ahí tiene a Irán y unas cuantes repúblicas islámicas, tan ejemplares ellas. En Egipto donde no llega el Estado,llega la caridad de Los Hermanos Musulmanes (que así tiene votos cautivos). Admiro a Francia a cuyo gobierno laico, ni siquiera el Papa se atreve a "leerle la cartilla". No lo iban a permitir los franceses, pués no en vano hicieron una revolución en 1789 que dió un giro a la sociedad de entonces.

Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Le dejo "La oración del ateo" de Unamuno, que para los que no tenemos certezas absolutas e incluso pensamos que si Dios no existe, su misma idea es consoladora y necesaria.

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes
y en tu nada recoge estas mis quejas
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes

Cuando Tú de mi mentes más te alejas
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes

Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa
Dios no existente, pués si
Tú existieras
existiría yo también de veras.

Cordiales saludos.

Pedro Caballero Rodríguez dijo...

Sr/sra. anónimo/a:
De entrada, agradezco y respeto sus dos puntualizaciones extensas a mi entrada EL SABOR AGRIDULCE DE LA NAVIDAD, y le pido disculpas si, en mi expresión irónica (?) "paternalismo de un Estado LAICO (¿o ATEO?)...", vd. se ha dado por aludido/a.
En primer lugar, intento ser respetuoso con el Art. 16, 3 de nuestra Constitución Española de 1978, donde se habla de la "aconfesionalidad" del Estado; y entiendo y respeto asimismo a los agnósticos y ateos.
En segundo lugar, le diré que admiro a Unamuno, sobre cuya obra hice, en su día, un trabajo (gracias por la "oración del ateo" que me envía).
Zanjo aquí la polémica y le felicito cordialmente las FIESTAS. Pedro.