lunes, 13 de octubre de 2014

"EL PILAR": UNA FERIA PASADA POR AGUA




       Y se cumplieron las previsiones meteorológicas: desde la medianoche anterior, bajó la niebla hasta las laderas de Pico Cueto y las nubes descargaron todo el agua que no había caído durante el verano. No obstante, ya dice el refranero que nunca llueve a gusto de todos y... al mal tiempo buena cara. Gracias a la carpa instalada sobre el "antiguo empedrado", la verbena de la víspera, amenizada por la fabulosa orquesta ANACONDA, pudo celebrarse con una numerosa concurrencia (aunque con menos potencia lumínica de lo habitual).




       Los cientos de puestos del mercadillo multisectorial tuvieron que pertrecharse con los toldos protectores para que los clientes, provistos de paraguas, hicieran sus compras. Con algún claro vespertino, la lluvia fue protagonista hasta el oscurecer del día de la feria.

       Como contraste, mi hijo ÁLVARO nos trae sus recuerdos desde la infancia y sube a su columna un artículo muy sustancioso con el título SABOR A TIERRA, que tiene como tema central la FERIA DEL PILAR.

       "Hace ya tantos años como para tener los recuerdos en sepia, un día como hoy, FERIA DEL PILAR, en Boñar había paisanos con las manos grandes como atardeceres de tormenta, y reses que mugían al sol estabuladas entre las estacas de las Revillas cuando veían cómo les quitaban los jatos de las ubres, y campesinos que reventaban los puestos con sus huertas de colores surcadas por las arrugas que les curtieron el sol y el viento en las mejillas, y rapaces que estrenaban las cachas que les habían tallado sus abuelos con una vara de espino cambrón, y mozos con los pulgares engatillados en las sillas de montar, y curanderos con remedios contra la reúma, y charlatanes con el último invento para pelar cebollas sin llorar, y vendedores de zoco con fajas para el frío, calzoncillos marianos de cuello vuelto y boinas con el rabo sin capar, que da mala suerte. El mercado era una fiesta. Comprar y vender marcaba la vereda por la que se encaminaba la supervivencia del invierno. ¿Hay trato? Y se tensaba el apretón más fuerte que si diera fe un notario.

       La feria se espurria ahora convertida en mercadillo. Bullicio y puestos para atraer gente, que falta hace, mientras en la capital se abre la plaza de toros para la cita anual de los Productos de León. Allí, la Diputación ha tenido este año que invertir 140.000 euros para cambiar las casetas porque las anteriores no llevaban el logo de Tierra de Sabor; para eso abrió la Junta el paraguas de su marchamo en primavera: para terminar por fagocitar el sello de calidad leonés y el esfuerzo de años de sus productores. La maniobra -si quieres dinero, ponte a mirar para Cuenca- amenaza con la uniformidad a uno de los únicos activos que había encontrado esta provincia para intentar sacar la cabeza, pero que puede acabar otra vez en un nicho (literal) en el que entregar el valor para bien de la saca autonómica, como es norma común en los últimos 30 años. Todos juntos por el mismo surco a la rebusca de la patata, como con la creación de la estrategia para aupar a Gaza, a costa de intentar unificar al resto, o con la nominación de Queso Castellano para que entraran por el aro los demás. Una identidad común forzada a la que se resisten la mayoría de los productores, que sólo existe en el plano político y administrativo pese a los millones derrochados en campañas de publicidad con la obsesión del sentimiento de región.

       Afilador, ya subo para Boñar. Pídeme un vino del Zorro donde Cordobín, que no se me pasa este sabor a tierra."


Cuando el mercado se celebraba en el "empedrado de la plaza"


UN PASEO POR LA FERIA BAJO LA LLUVIA


       














2 comentarios:

José dijo...

Es una pena el mal tiempo. Este año no me fue posible visitar Boñar en esta fecha.
Gracias por estas fotos y los recuerdos de tu hijo que son los de todos los que pasamos esta fiesta, que no se parece en nada a la que vivimos nosotros en nuestra infancia.
Un abrazo.

Pedro Caballero Rodríguez dijo...

Buenas tardes, JOSE:
Después de haber pasado una semana por PARÍS, añoro contigo aquellos tiempos de la "vieja feria del Pilar" y te mando un apretado abrazo. Salud, paisano.
Pedro.