martes, 31 de marzo de 2015

PREÁMBULO DE LA SEMANA SANTA BOÑARESA



Programa de la Semana Santa en Boñar

       La Semana Santa suena, entre otras muchas cosas, a procesiones, limonada, torrijas, canutillos, carracas (en sustitución del toque de campanas entre Jueves Santo y el Domingo de Pascua)... y vacaciones en la playa o en la montaña.

      En nuestro pueblo, aunque no tengan el boato y solemnidad de las grandes capitales autonómicas, las COFRADÍAS se organizan con antelación para lucir sus galas en la PROCESIÓN DE LOS PASOS el día de Viernes Santo. Por eso, ÁLVARO (con su gracejo habitual) tiene un cariñoso recuerdo de estas fechas en su columna bajo el título de MANOLAS.


Parada de "moteros" el Domingo de Ramos en la plaza del Negrillón


       "No sé si debería contarlo, que es lo que me pasa la mayoría de las veces, pero en mi pueblo, durante muchos años, hasta que hubo fondos suficientes para comprar una imagen como Dios manda -nunca mejor dicho- tuvimos que sacar a San Juanín travestido con el manto de la Virgen para poder cerrar la procesión del Viernes Santo y celebrar el encuentro el día de Resurrección. Lampiño y esmanicado, andrógino como una estrella adolescente impulsada por la factoría Disney para que sonara en Los 40 Principales, lo vestían cada Semana Santa las mozas con cuidado, le peinaban la melena con el cepillo, lo frotaban con el sintasol para que brillara, lo subían a la pena de madera y lo ensartaban con el tornillo de rosca (que se quedó sin anclar a la tuerca correspondiente más de una vez cuando se lo encargaban a Oscarín). El cortejo era perfecto: la cruz y los ciriales al frente, las imágenes detrás y a la zaga venía la Dolorosa con un cabeceo como si se meciera en la resaca interminable del Jueves Santo, entre el tronar de los tambores y el plañir musicado de las beatas, con ese deje de la Pasión que gotea cera por las calles e impregna de olor a incienso cada esquina. Entonces, conteníamos el aliento...

      No conocíamos de aquellas en Boñar el manual de estilo de las Manolas que edita este año la Cámara de Comercio, donde don Pablo San José se ha puesto a marcar el paso en sepia como si se diera un poco de tinte al pelo para que no le destiñera. Ni escotes pronunciados, ni medias negras con encajes o tupidas, ni hombros descubiertos, ni tacones de más de seis centímetros, ni sombras de ojos remarcadas, ni lápiz de labios agresivos. Todo para "defender la elegancia y el buen gusto", según remarcan en la publicación repartida por cofradías y misas de doce para adoctrinar a las descarriadas que pudieran aprovechar los cortejos para buscar escaparate. ¡Vaya idea más tonta! Cómo se les puede haber ocurrido una cosa tal con la ausencia que tiene la Semana Santa leonesa de figurones que se cuelgan de la punta de la vara como si les hubieran parido allí, ocupados en darse a ver en vez de cumplir con la penitencia, armados en camarillas para controlar las juntas de seises, dispuestos a disfrutar del trampolín para sus fines y copar los focos a la sombra de los que se cobijan los miles de esfuerzos anónimos que dan sentido a la Semana Santa.

      Madre, ahí tienes a tus hijos."




Domi (+) y Susi volteando la carracona.



2 comentarios:

José dijo...

Pedro; después de leer el formidable articulo de Alvaro, contemple la fotografía de Susi, mi hermano Domi y al fondo yo con la carraquina, que para mi, un adolescente de 12 años, tenia su mérito poder hacerla girar. Que recuerdos me trae esta foto, triste por la falta de mi hermano alegre por verme después de 51 años. Gracias una vez mas,
Jose Mª Alonso Ayerza

Pedro Caballero Rodríguez dijo...

Gracias, JOSE, por tu continuidad y apoyo al blog. Que no se te agoten los recuerdos, pues son parte fundamental de la vida. Un saludo cordial. Pedro.