jueves, 7 de abril de 2016

LA GANADERÍA MONTAÑESA Y LA LECHE "DERRAMADA"



Ganado OVINO y VACUNO (Boñar y Rucayo)


       Desde que entramos en la Comunidad Económica Europea, los problemas de la Agricultura y la Ganadería han sido una especie de calvario con etapas de luces y sombras. Los últimos coletazos de la crisis han complicado todavía más la situación de nuestros sufridos agricultores y ganaderos. Ni la intervención de la Junta de Castilla y León, ni la intermediación de los sindicatos agrarios (ASAJA, UGAL-UPA, UCCL y UCALE-COAG) están siendo capaces de aportar una solución satisfactoria ante el problemón de los productos lácteos.

       Una vez más me subo a la COLUMNA LA LIEBRE y le cedo la palabra a mi hijo Álvaro que, bajo el título A MAMARLA, afronta con ironía y perspicacia el tema de los ganaderos y las negociaciones de LA LECHE.



Ganado CAPRINO en Oville.


       "El cuento de la lechera en León no sale hace años. La versión 3.0 de la fábula de Esopo no dibuja niñas con la zapica trepada como espadaña en la cabeza que sueñan con batir la abundante nata para que mude en mantequilla, ni hay réditos de la mantequilla para comprar los huevos, ni pollines alimentados en el corral de la casa que se venden en la plaza para comprar un atractivo vestido verde con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura, ni hijos del molinero a los que decir que no a la primera para hacerse desear cuando quieran sacarnos a bailar en la fiesta del patrón... No, no, no, repetimos con la cabeza en negación de un lado a otro, sin que se nos caiga nada, ni se rompa el cántaro, ni se tiña la tierra para arramar nuestras ilusiones en un reguero blanco cuajado de rabia.

       Ahora, no tenemos con qué echar los cálculos de nuestras esperanzas cuando bajamos a la cuadra a las seis de la mañana para mecernos sentados en la tajuela con el calorín que desprenden las vacas, como hace Eliseo. Ahora, la moraleja del cuento la firma la industria que se niega a recoger la leche porque resulta que las vacas no saben de mercados únicos europeos, ni cupos de abandono incentivados para que piquemos, ni especuladores que se reparten el beneficio del trabajo que sacan los ganaderos, a quienes apenas les quedan menos de 50 pesetas de las de antes por cada litro y una ristra de facturas por sumar para que el final de mes no se adelante al día 15, como les pasa a Ita y a Toño.
       A ver cómo les explicamos ahora a los paisanos, cansados de bregar para salir adelante con el esfuerzo de sus manos y los desvelos de 12 meses intensivos al año, que resulta que no es bueno que las vacas den tanta leche. Cómo les convencemos de que aguanten, mientras los listos de las pseudo cooperativas -¿verdad, Pedrito?- les pagan la nata y la proteína en B por detrás, como si fueran los sobres de Bárcenas. Cómo les razonamos que, después de ser una potencia productora, tenemos que importar leche de otros países, como Francia, pero resulta que la de aquí hay que tirarla por el prao porque el Gobierno no quiere hacer una apuesta de Estado que resulte beneficiosa a medio plazo. Cómo hacemos que se traguen que los hipermercados -no se necesita ir muy lejos- hacen negocio con regalos de 6 litros de leche por cada 20 euros de compra, y no les despachamos con la invitación de que la va a beber quien les dio de mamar. Pero ¿qué cuento es éste, abuelo? Que vayan a mamarla".


Estación Pecuaria de la Viña en Boñar (I) y vacas pastando en Las Bodas (D).







DOS RECORTES DE PRENSA





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